En la cabeza se distingue el esqueleto del cráneo del de la cara. El primero forma la caja que contiene el encéfalo y el segundo se halla situado por abajo y adelante del cráneo. Las cavidades orbitarias, nasales y bucales se abren principalmente en la cara.
Huesos del Cráneo
El esqueleto del cráneo está formado por 8 huesos. Cuatro, dos temporales y dos parietales, son pares y simétricamente colocados. Los otros cuatro, frontal, etmoides, esfenoides y occipital, son impares y están en la línea media.
FRONTAL
Es un hueso plano e impar situado en la parte anterior del cráneo. Presenta una porción vertical superior que contribuye a formar la bóveda craneana y otra horizontal inferior que consti tuye parte de la bóveda de las cavidades orbitarias.
TEMPORAL
Los huesos temporales están situados a los lados de la parte media de la base del cráneo, extendiéndose por las caras laterales de éste. Cada uno de ellos se articula por delante con el esfenoides, por detrás con el occipital y por arriba con el parietal.
Huesos de la Cara
Los huesos de la cara se dividen en dos porciones, llamadas mandíbulas. La inferior está integrada únicamente por el maxilar inferior; la superior, en cambio, es muy compleja y está constituida por trece huesos: doce de ellos están dispuestos por pares, a un lado y otro del plano sagital o de simetría, mientras el restante es impar y coincide con este plano.
Los huesos pares son los maxilares superiores, los malares, los unguis, los cornetes inferiores, los huesos propios de la nariz, y los palatinos. El impar es el vómer.
MAXILAR SUPERIOR
Este hueso forma la mayor parte de la mandíbula superior, su forma se aproxima a la cuadrangular, siendo algo aplanada de fuera a dentro. Presenta las siguientes partes; dos caras, cuatro bordes, cuatro ángulos y una cavidad o seno maxilar.
MAXILAR INFERIOR.
Forma él solo la mandíbula inferior y se puede considerar dividido en un cuerpo y dos ramas.
CAVIDADES DE LA CARA
Al articularse los huesos de la cara entre sí y con los de la base del cráneo se originan una serie de cavidades más o menos amplias, a saber; las cavidades orbitarias, las fosas nasales, las fosas cigomáticas, las fosas pterigomaxilares y la cavidad bucal, con su bóveda palatina, cavidades cuya clara comprensión es necesaria para el conocimiento de las partes blandas que alojan en estado fresco.
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